EL NUEVO ROL DEL DOCENTE
¿QUE MODELO DE FORMACIÓN, PARA QUE MODELO EDUCATIVO?
La necesidad de un nuevo rol docente en la materia educativa actual sobre todo encara al siglo XXI y a la construcción a una nueva educación.
El perfil del nuevo docente configura el listado de competencias deseadas:
- Domina los saberes-contenidos y pedagogías propias de su ámbito de enseñanza.
- Provoca y facilita aprendizajes, asumiendo su visión de lograr que sus alumnos aprendan.
- Interpreta y aplica un currículo y tiene la capacidad para recrearlo y construirlo a fin de responder las necesidades.
- Ejerce su criterio profesional para discernir y seleccionar los contenidos y pedagogías más adecuadas a cada contexto y a cada grupo.
- Comprende la cultura y las realidades locales y desarrolla una educación bilingüe e intercultural en contextos.
- Desarrolla una pedagogía activa y basada en el dialogo, vincula la teoría-práctica, la interdisciplinariedad, la diversidad, el trabajo en equipo.
- Participa junto con sus colegas en la elaboración de un proyecto educativo.
- Trabaja y aprende en equipo en la propia escuela.
- Toma iniciativa innovadoras.
- Reflexiona críticamente sobre su papel y su práctica pedagógica.
- Detecta oportunamente problemas (sociales y de aprendizaje).
- Asume su compromiso ético: afectivos, de salud y de aprendizaje.
- Desarrolla y ayuda a sus alumnos a desarrollar conocimientos y valores (competencia).
- Impulsa actividades educativas más allá de la institución escolar.
- Se acepta como aprendiz permanente y se transforma en líder de aprendizaje.
- Se abre la incorporación y al manejo de las nuevas tecnologías tanto para fines de enseñanza como su aprendizaje permanente.
- Prepara a sus alumnos a seleccionar y utilizar críticamente la información.
- Propicia nuevas y más significativas formas de participación de los padres de familia y la comunidad escolar.
Es necesario recuperar, no sólo para los alumnos sino para los docentes, la centralidad del aprendizaje, superando y ayudando a los docentes a superar las percepciones tradicionales respecto de la enseñanza y el aprendizaje como funciones fijas, encarnadas en sujetos y funciones diferenciadas. La propia formación docente debe pasar a verse desde el punto de vista del aprendizaje y de quienes aprenden antes que desde la enseñanza y desde la oferta (como lo revela la propia terminología: “formación”, “capacitación”, “entrenamiento”, “reciclaje”, etc.). Es necesario asimismo problematizar la esperada relación directa entre formación docente y rendimiento escolar, en la que se fundamentan hoy las propuestas de incrementos salariales y estímulos a los docentes, basada en una incomprensión del aprendizaje en general, y de los vínculos entre aprendizaje docente y aprendizaje de los alumnos en particular
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